Uno de los principales criterios para la estimación del sexo a partir restos óseos recuperados en contextos arqueológicos y/o forenses, es el análisis morfométrico a través de las funciones discriminantes. Estas han sido elaboradas para poblaciones norteamericanas y europeas, por lo que ofrecen un valor relativo en el porcentaje de asignación correcta si son aplicadas en otras poblaciones. El objetivo de este trabajo consiste en testear las funciones discriminantes propuesta por Giles (1964) en una muestra local documentada.