Las adivinanzas son, en general, un juego de niños: con elementos reales y similares al que se pretende descubrir se evoca algo de manera cifrada que otro debe resolver para averiguar de qué se está hablando. Estas constan de un juego de palabras y un contexto socio-histórico preciso que permite dar referencia a aquello de lo que se habla, en este caso nos centraremos en la región del Noroeste Argentino (NOA) para analizar dicho género. En cada fiesta popular el juego es una parte fundamental, de este modo los acertijos son el medio más común para hacer referencia a las tradiciones, los ritos e inclusive las burlas hacia lo canónico o establecido, tienen un fuerte lazo con el contexto sociohistórico en el cual se crean y perduran.
Los acertijos fueron considerados parte del universo social, formaban parte de los juegos de ingenio y eran considerados “desafíos” para los pueblerinos de alrededor de toda Europa y Latinoamérica. Llegadas a Argentina por la conquista y las grandes inmigraciones españolas, estas no suelen ser originales del territorio argentino, su formato es español y la mayoría de ellas se han recopilado en España; aun así, se insertan dentro de la tradición de un pueblo, los que participan saben que la respuesta está en aquello que los rodea y el juego de palabras o la referencia indirecta al objeto o acción que es la respuesta es lo que los lleva a resolverlos. El presente trabajo se propone analizar las adivinanzas recopiladas por Robert Lehmann-Nitsche en Adivianzas Rioplatenses y las recopiladas por Juan Alfonso Carrizo en el Cancionero Popular de Salta comparándolas con diferentes corpus de adivinanzas españolas como 500 adivinanzas andaluzas de tradición oral editado por Juan Ignacio Pérez y Ana María Martinez.