¿Porqué la policía del D2 decide fotografiar, dejar sentado, inscripto, aquello que se esforzaba por ocultar?, ¿es posible representar el horror?, ¿qué hacer con las imágenes?, ¿porqué y para qué mostrar las fotografías de los centros clandestinos de detención?, ¿qué sentidos son posibles de construir?, ¿qué efectos subjetivos imprime el encuentro con la imagen de sí mismo?.
Estos son algunos de los interrogantes que emergieron entre los trabajadores del Archivo Provincial de la Memoria (APM) ante el fondo fotográfico “Registro de Extremistas”, compuesto por imágenes tomadas a hombres y mujeres secuestrados y/o detenidos en el Centro Clandestino de Detención D2. El presente texto intenta compartir algunos análisis en torno a la relación de la fotografía con las memorias, la topografía de las memorias y los efectos de sentido que la imagen torna plausible al ser observada, interpretada, significada. La imagen como fisura, hendija, aquello que se escapa a la pretendida totalidad y que, en el acto de ser miradas, dichas, interpretadas por otro, imprimen la posibilidad del acto de veredicción.