El presente texto es un reto, acaso una invitación, a pensar en las prácticas que muchas veces, como comunicadores y comunicadoras, llevamos adelante en medios comunitarios, alternativos o populares, junto con colectivos sociales que nos suelen acercar como demanda: "vos que sos comunicador/a, (o más frecuentemente, 'vos que sos periodista') podrás darnos un taNercito?" En esta situación, la respuesta más a mano suele ser "sí, claro, por supuesto". Los motivos que nos mueven a este compromiso pueden ser varios, pero generalmente pendulan entre el vínculo afectivo que tenemos con sus integrantes, la identificación política con el colectivo, la pertenencia territorial con el grupo, la expectativa de hacer un aporte "concreto" a la sociedad; por ahora, pasaremos de largo este detalle, aunque no sea nada menor.