En cualquier conversación, solemos emplear esta pregunta, u otra similar, para comprobar si nuestros interlocutores comprenden lo que estamos diciendo. Cuando escribimos, en cambio, debemos tomar medidas para tener la mayor certeza posible de que nuestros futuros lectores (en general, lejanos y desconocidos para nosotros) no van a terminar la lectura confusos o con una idea equivocada de lo que quisimos expresar. El tema de este mes pretende, precisamente, proporcionar datos para que podamos tener la mayor certeza posible de que nuestro mensaje escrito será comprendido. Por ello, agregamos lo siguiente a la bibliografía ya apuntada en el artículo anterior. Es fácil encontrar en Internet muchos sitios con consejos básicos para escribir mejor, que pueden ser útiles si estamos haciendo nuestras primeras armas en la escritura, necesitamos recordar lo esencial o queremos compartirlo con nuestros alumnos.