Los dos autores de este texto somos, no sin ser esto casual, comunicadores que en su formación eligieron partir y al mismo tiempo terminar el período académico, con la orientación específica que pone el foco en lo comunitario. Y también somos comunicadores que eligen trabajar la educación y la comunicación como un binomio que se retroalimenta.
En esta línea, tomamos a Jorge Huergo (2007) para afirmar que “los territorios hoy son confusos, opacos y desordenados, no tan transparentes como en otras épocas acaso lo fueron” y en función de esto, consideramos los tres tipos de espacios que este autor postula: los institucionales educativos, los mediático-tecnológicos y los sociocomunitarios.
No podemos pensar a la escuela aislada, enajenada del contexto y de los medios que en forma permanente modifican y se modifican con el andar de la comunidad.
Retomamos en forma permanente estas cuestiones como comunicadores comunitarios y desde ese posicionamiento repensamos y generamos prácticas en los ámbitos educativos en donde nos desempeñamos.