Lo que evaluamos en este trabajo es si existe alguna correlación entre políticas públicas y de CPC con la matrícula -cantidad de inscriptos- de carreras en ciencias básicas y ciencias aplicadas a nivel nacional durante el período comprendido entre 1990 y 2013. Nuestra propuesta consiste en hacer un seguimientos de la matrícula de carreras en ciencias básicas y aplicadas entendiendo a ésta como una posible medida de interés en la ciencia o en algún aspecto de ella. En este sentido, es sensato pensar que quienes se inscriben en una carrera en ciencias básicas están interesados en la ciencia, en el quehacer científico, en las potenciales proyecciones laborales o en algún aspecto afín, al menos durante algún tiempo de su vida. Por esta razón, consideramos que la matrícula (independientemente de la carrera universitaria a la que corresponda) es un indicador que revela un interés en relación a la temática de la carrera, más allá de que con el correr del tiempo el estudio sea finalizado o no.
Sin desconocer las distintas acepciones del concepto "interés" en los estudios vinculados a la cultura científica (por ejemplo, las encuestas de alfabetización científica y de comprensión pública de la ciencia), en este trabajo nos referimos al "interés" como un eje acotado dentro de la noción de cultura científica tal como la definen Fernández Polcuch; Bello y Massarani (2016, p.19), en referencia específica a los impactos de ésta y considerando que "en términos de impacto inmediato, a partir del aprendizaje de conocimientos científicos y tecnológicos, se produce el aumento del interés por la ciencia y la tecnología, despertando de esta manera nuevas vocaciones científicas, y generando mayor apoyo para la ciencia, y la inversión pública en esta, en la sociedad y en los estamentos de toma de decisiones políticas".