Al celebrarse el Bicentenario de la Declaración de la Independencia nacional por el Congreso reunido en Tucumán, en 1816, conviene reflexionar sobre el significado del Congreso y su manifiesto independentista.
Tanto el Congreso como su Declaración del 9 de julio de 1816 han sido objeto de controversias.
El primero, por su carácter unitario y las tratativas que realizó para establecer una monarquía constitucional.
Y el Manifiesto del 9 de julio de 1816 porque, se dijo recientemente, no habría sido más que una reiteración de lo resuelto con anterioridad.
Creo que los dos temas no deben ser analizados en forma aislada, sino, como corresponde a todos los hechos históricos, dentro del contexto en que se desarrollaron.