La declaración de la independencia es un acto jurídico político solemne y unilateral mediante el cual una comunidad decide ejercer su propia soberanía modificando una relación anterior de dominación que le impedía el autogobierno.
Esa declaración implica que con anterioridad existía un Estado colonialista y una comunidad subordinada, que esa comunidad manifiesta su voluntad de transformarse en nación (entendido el término en el sentido del siglo XIX: Estado soberano) y que hace público esa determinación para ser reconocida como Estado independiente por el conjunto de la comunidad internacional.
La independencia de un país presupone un proceso histórico en el cual la declaración de la independencia, en una etapa posterior, debe ser consolidada. Un Estado es independiente desde el momento en que puede establecer el control sobre un territorio, exista o no un reconocimiento exterior. No es un proceso de secesión que responde a una realidad histórica distinta y tiene una resolución política y jurídica diferente. Es el ejercicio del derecho de autodeterminación de un pueblo sometido a una dominación colonial.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)