El fenómeno de internet y de las nuevas tecnologías en todos nuestros ámbitos, y en el educativo en especial, parece no tener techo. Vivimos inmersos en un proceso de cambio de una cultura del saber acabado y delimitado, por una cultura del conocimiento múltiple e incierto. Ya no basta con almacenar información, sino que una educación que pretenda afrontar los nuevos retos, impone el desarrollo de capacidades que aporten ideas y metodologías sobre qué hacer con dicha información. Los cambios son tan profundos que posibilitan que la realidad pueda re-construirse sin que el resultado responda necesariamente con el modelo original, viéndonos sumergidos en un mundo de realidad virtual. El impacto de las TIC impone nuevos contextos de interacción, para los cuales no fuimos preparados ni genética ni culturalmente.
La idea de fomentar que los estudiantes aprendan a trabajar en conjunto en grupos pequeños ha sido un aspecto muy enfatizado desde las ciencias de la educación a través de los tiempos, pero la habilidad para combinar las dos ideas (apoyo computacional y aprendizaje colaborativo) con el objetivo de fortalecer el aprendizaje, requiere un cambio que el Computer Supported Collaborative Learning – CSCL - (aprendizaje colaborativo soportado por computadora), se espera que lo lleve a cabo El Aprendizaje Colaborativo Apoyado por Computador (CSCL) es un área emergente de las ciencias del aprendizaje referente a estudiar como las personas pueden aprender de manera conjunta con la ayuda de los computadores, esta afirmación que parece tan simple involucra una complejidad considerable de factores intervinientes difíciles de mensurar.
La inclusión de aspectos colaborativos, de la mediación por tecnologías, y de la educación a distancia ha problematizado la noción del aprendizaje y ha llevado a nuevos interrogantes acerca de cómo estudiar este proceso, que aún no tienen respuesta. Nuestro trabajo sienta raíces precisamente allí, poniendo especial énfasis en el desarrollo de un marco de referencia que colabore en el análisis de cuáles son las mejores variables que pueden intervenir en el trabajo colaborativo a través de una computadora.
Planteado este panorama, varias son las preguntas que guían nuestra propuesta: ¿Existen formas de cotejar el tipo de actividad colaborativa que se desarrolla en una WBL? ¿Cómo tenemos certeza de que las actividades colaborativas son realmente de ése tipo? ¿Cuáles serían las categorías que mejor permiten analizar procesos de aprendizaje en grupos colaborativos virtuales? ¿Todo tipo de intercambio en una actividad sincrónica o asincrónica se puede calificar como actividad colaborativa? ¿Cuáles serían las condiciones mínimas para encuadrarlas como tales? ¿Qué diferencia una colaboración de una cooperación? ¿Cuáles son los parámetros que definen una actividad regulada en un entorno virtual de enseñanza aprendizaje?