Es bien conocida la existencia de un comercio interno de especies nativas, motivado por una alta demanda de cueros y pieles (industria peletera y marroquinería) o también de mascotas (pets). La fauna de reptiles, aves y mamíferos no sólo sufre la presión de una búsqueda incesante de ejemplares para ser vendidos en el comercio interno, sino también para ser comercializados en el extranjero.