La disciplina de la seguridad informática se ha ido sofisticando cada vez más, y si bien es cierto que cada vez hay más herramientas, dispositivos e información sensible para resguardar y por lo tanto pasible de ser atacada, la mayor cantidad de las incidencias de seguridad se siguen debiendo, como desde hace años, a errores humanos. Según distintos informes a nivel mundial, entre un 90 y un 95 por ciento de los ataques o incidentes en materia de seguridad, se deben finalmente a fallas humanas. Sin embargo, cada vez que sale a la luz un incidente de seguridad informática de alto impacto, poco foco se pone sobre los puntos débiles, o las vulnerabilidades sobre las cuáles el evento actuó, y mucho hincapié se hace sobre las cuestiones técnicas y tecnológicas de gran sofisticación.