Frases, opiniones, discursos, noticias, sucesos cotidianos, relaciones interpersonales, intercambios lingüísticos, prácticas escolares y socioculturales nos enfrentan a una situación en la que la promesa de la igualdad entre varones y mujeres parece una utopía. Los números que arrojan las estadísticas acerca de la violencia contra las mujeres y la vulneración de los derechos de niños, niñas y adolescentes en nuestro país refuerzan, aún más, ese panorama desalentador. Frente a este estado de situación, pensamos que la escuela puede ser un espacio de reflexión en torno a las diferencias en el acceso a la educación de mujeres y varones, la marginación de las mujeres, la discriminación de las sexualidades alternativas y la naturalización del predominio masculino en la producción científica y cultural como en otros órdenes socioculturales y políticos. De allí que creemos que en el espacio de la formación docente se debe promover la reflexión, problematización, desnaturalización y visibilización de las diferencias sexo-genéricas en relación a la educación en general y a la enseñanza de cada una de las disciplinas.