La tesis que aquí se presenta propone abordar un problema específico y todavía poco investigado en el marco de la historia de la prensa periódica argentina: la incorporación sistemática de la imagen visual a los diarios, como actividad regular, armónicamente articulada con los contenidos escritos y con funciones específicas.
Se trata de un período compuesto por las décadas de 1890 y 1900, muy rico en transformaciones en diversos campos de la vida política, económica y social de la Argentina, y en dicho marco, un momento decisivo de conformación de la prensa periódica como gran industria, en cuyo seno se forjó, en este mismo período, la profesionalización de los escritores.
En contraste con los amplios estudios realizados en torno a la configuración de un campo profesional de escritores entre las décadas de 1890 y 1930 (Cfr. Rivera, 1968, 1998; Sarlo, 1985, 1992; Romano, 2004) en el contexto de expansión de la industria periodística y editorial, o en torno a la presencia de la imagen en las revistas ilustradas, satíricas y especializadas en adelantos científicos en Buenos Aires (Cfr. Malosetti Costa y Gené, 2009; Szir, 2009b, Tell, 2009; Román, 2011, 2013; Laguna Platero, 2015), prácticamente no existen estudios específicos del uso de la imagen visual en la prensa diaria en el período considerado, y ninguno se ocupa de su proceso de incorporación.
De allí el interés por interrogar dicho proceso tanto en comparación con lo sucedido con las revistas ilustradas que incorporaron el uso regular de la imagen ya en la década de 1860, como en relación con el modo en que este proceso se produjo, las dimensiones de la historia política, económica o cultural que influyeron en él, los campos de oficio –y eventualmente profesionalización- sobre los que se sostuvo y los distintos tipos –eventualmente géneros- de la imagen que se configuraron en los cambiantes usos y funciones que se le asignaron.
El período es rico, además, por su testimonio de un momento que cumple un rol bisagra entre la época de oro del grabado impreso y la época de oro de la fotografía impresa. Si bien a lo largo del siglo XX el dibujo subsistió como un digno competidor de la fotografía en la industria del libro, sobre todo con fines descriptivos, didácticos, de ilustración de ficción y aún de paisaje, así como en la industria publicitaria, en la prensa periódica la fotografía lo subroga ya en las primeras décadas del siglo XX, reduciéndolo a estilización artística o a recurso de graficación al menos hasta la irrupción de la infografía. La incorporación sistemática de la imagen a la prensa diaria argentina tiene, por ello, un breve período en el que las grandes estrellas son el grabado y la litografía, mientras que apenas estabilizada esta incorporación como un bien ya logrado, la fotografía viene en su remplazo, eliminándolo en el campo de la noticia y la crónica primero, y en otros géneros de la imagen más adelante.