En las poblaciones contemporáneas existen traumas particulares producidos en forma posterior a los 60 años de edad conocidos como fracturas osteoporóticas o de tipo “J”, que afectan principalmente la articulación coxofemoral, el extremo distal del antebrazo y la columna vertebral. En esta última zona el colapso del cuerpo vertebral puede producirse de diversas formas, resultando en deformaciones visibles tanto en casos clínicos como en restos óseos.