En este tiempo en el que el enemigo acecha, las mujeres nos encontramos una vez más en la primera línea de batalla. Sabemos que la reacción de la derecha racista, misógina y clasista que hoy gobierna en varios países de nuestra América Latina es una respuesta a lo que hemos sido capaces de hacer. En los casos de Argentina y Brasil les resulta aún más incómodo, pues les parece imperdonable que una mujer haya conducido esos procesos.