El 8 de marzo, una inédita avalancha de feminismos expuso su pujanza con una multitudinaria presencia en las calles del Paraguay: la convocatoria al Paro Internacional de Mujeres juntó a alrededor de diez mil personas en Asunción y tuvo sus repercusiones en más de diez ciudades de diversos departamentos del país. Se trató de la acción de mujeres más importante desde el inicio del periodo democrático, en 1989. Pasado y presente de un movimiento que, ante el aumento de la discriminación y la violencia, recupera las luchas que el stronismo quiso sepultar en el olvido.