Los abusos y múltiples formas de sometimiento sexual fueron prácticas sistemáticas llevadas a cabo por el Estado durante la última dictadura cívico-militar, pero recién en los noventa la incorporación de la perspectiva de género permitió caracterizarlas como una violación específica de los derechos humanos. ¿Por qué pasaron tantos años hasta que esas violencias denunciadas ante la CONADEP y en el Juicio a las Juntas pudieron ser visibilizadas como tales? Reflexiones con la mirada puesta sobre la arcaica y continua usurpación y privación de derechos que entonces se cristalizó en el tributo sexual del cuerpo de las mujeres.