“Total Normalidad” era la consigna imperante en los grandes medios nacionales tras el derrocamiento al gobierno democrático de Isabel Perón, protagonizado por los militares argentinos, el 24 de Marzo de 1976. Lo que no se expresaba en este panorama de aparente “normalidad” eran los secuestros, torturas y detenciones ilegales que el Estado llevaba a cabo de forma sistemática a quienes se atrevían a discutir sus lineamientos. La propagación de mensajes como “algo habrán hecho”, refiriéndose a personas secuestradas, o “no te metas” para evitar la participación política en la sociedad, son algunos de los ejemplos que trajo el sistema de ocultamiento de la última dictadura cívico-militar.
Tampoco se hablaba en los medios sobre el robo sistemático de bebés, práctica que violó el derecho a la identidad de unos 500 hijos de madres y padres secuestrados, algunos nacidos en cautiverio, y otros secuestrados de bebés. Sin embargo sus familiares los buscaban incansablemente. Al no tener respuesta por parte de las autoridades estatales, el reclamo en las calles se hizo contundente.