En torno al análisis de dos obras de Oscar Bony, de 1966, el artículo propone introducir y abordar de manera desdoblada la idea de performance audiovisual como resultado particular de un encuentro y acción conjunta que se produce entre el cuerpo y el dispositivo técnico, atendiendo al mismo tiempo a lo que se genera ante (y con) la cámara en la situación de registro y a la experiencia consecuente que, a modo de correlato, la imagen resultante suscita en el espectador. Creemos ver en estos casos que se busca activar y promover una postura crítica al modo de producción capitalista perceptual de la imagen, a una cierta idea de economía visual, del uso del deseo y su régimen de satisfacción espectacular.