En este artículo se reflexiona sobre las nuevas estéticas que presenta el documental latinoamericano donde la ruptura y la superación de la instancia de pretensión de enunciación objetiva deja paso y se funde en la enunciación de un yo que interpela al otro y a sí mismo.
El biodrama se instala, entonces, con su fuerza narrativa y con sus formas de film ensayo en la escena cinematográfica contemporánea.