El collage en vivo, el color, el papel picado, los pelos rabiosos, los trajes cirujeados, las prótesis y el maquillaje componen la imagen relampagueante del underground porteño de 1980, un margen que resguardó, en lo dionisíaco de la fiesta, la posibilidad de crear formas alternativas al poder vigente. Daniela Lucena y Gisela Laboureau componen un encuentro “a viva voz” con estas experiencias. Al oírlas, nos encontramos con la rebeldía como testimonio de aquellos años, y también con el deseo de un espacio que albergó cuerpos inéditos, construidos entre el engrudo y el glamour, entre la estudiantina y el mamarracho, entre la experimentación sexual y los restos de nuestras periferias sudamericanas. Modo mata moda es la frase con la que Daniel Melero sintetizó, en una de las entrevistas aquí reunidas, la singularísima vía que encontraron los miembros de esa comunidad para hacer arte con la vida, con las vidas precarias, incipientes e irradiantes, de aquellos años.
(de la contratapa de Irina Garbatzky)