Los videojuegos en su definición más básica de características, generan recompensas al superar retos y a ello se le suma que nos presentan una historia a la cual el sujeto deberá encarnar. Uno de los objetivos primordiales de éste trabajo es ver cómo éstos nos enseñan, quizás no mejor, pero sí de una forma diferente, puesto a que chocan con la metodología del siglo XIX; ésta última, la cual en las aulas parece sabotear la curiosidad, investigación y colaboración se vería contrarrestada con la experiencia lúdica de los videojuegos. En simples palabras, la incorporación de estas herramientas virtuales requeriría romper con aquella enseñanza del siglo XIX que reprime la creatividad.
Este trabajo tiene como eje de comprender cómo éstas nuevas estrategias para aprender sobre el mundo, nos sumergen históricamente en la Segunda Guerra Mundial desde varias perspectivas, generándonos intrigas, restos, curiosidad y más aún lograremos ver como inclusive éstos en su punto más álgido pueden llevarnos a un debate moral.