La cognición musical corporeizada postula que los patrones sonoros de la música pueden ser comprendidos mediante la emulación de la energía sonora, la cual se manifiesta a través de acciones motrices. Estas acciones motrices vinculadas a la energía física del entorno, van conformando una base de memoria sonoro-kinética que da lugar a una ontología orientada por la acción. Puede así suponerse que la promoción de acciones relacionadas con la ejecución instrumental en las prácticas audioperceptivas de transcripción melódica, enriquecería la ontología sobre la que descansan dichas prácticas. La incorporación de la kinesis de la ejecución funcionaría como una mnemotecnia de soporte. Con el objeto de poner a prueba este supuesto se diseñó un experimento que introdujo la ejecución aérea como parte del proceso de transcripción melódica. Los resultados se analizan en cuanto a i) las modalidades corporales evidenciadas por los participantes del estudio durante la realización de la mimesis instrumental y ii) las posibles relaciones entre las diferentes producciones de cada participante (movimiento corporal, canto y transcripción) contempladas en el estudio.