El escenario de la vida colectiva es la calle; es el lugar de encuentro de distintos sectores que habitan o circulan de manera permanente o eventual por un territorio. Es también el espacio de la participación ciudadana en el ejercicio democrático del diálogo y la concertación. Entendemos, entonces, que la imagen visual de la ciudad permite leer los discursos, los relatos y las interpelaciones que conviven e interactúan.
La lectura de esta diversidad expresa las necesidades y las desigualdades; las demandas, los anhelos y las expectativas de los habitantes. Para generar intervenciones de comunicación se necesita formar parte de esa realidad, comprenderla e interpretarla; contribuir al análisis disciplinario en defensa de los elementos de la memoria y de la identidad. La producción simbólica y material de la sociedad conforma la cultura y es la expresión de los distintos sectores sociales que se encuentran en el espacio público.