Los procesos de digitalización e inclusión de internet y redes sociales modifican a los medios provenientes de etapas anteriores como la radio.
Desde hace un poco más de diez años lo que históricamente conocemos como “la radio” fue puesta en la mira de los nuevos desarrollos tecnológicos, reflexiones académicas, y perspectivas periodísticas. Potencialidades que bajo el manto de lo inevitable comenzó a denominarse como “la nueva radio” o “la radio del futuro”. Títulos que encierran el interrogante por el “futuro de la radio” que se responde paso a paso, año a año, en la propia dinámica de sus novedades.
A medida que ese futuro se hace presente las potencialidades se transforman en concreciones o por lo menos en posibilidades más precisas de que esos cambios, en principio, de orden tecnológico se conviertan en cambios en la comunicación radiofónica y sus consecuentes prácticas comunicacionales, sociales y culturales. Sobre todo si se piensa en los naturales re-cambios generacionales y sus nuevas relaciones con las permanentes incorporaciones tecnológicas. Estos y otros “enigmas” deben ser observados para comprender el camino que toman las radios en el país. Hacia dónde se dirigen y a qué ritmo, mientras siguen sonando las radios hertzianas con sus acomodamientos en el mundo digital de Internet y sus potencialidades.