La percepción de nuestro entorno está teñida de apreciaciones subjetivas con las que construimos un entramado particular. Cuando esas vivencias son narradas, la palabra se transforma en testimonio y con ella, la tradición oral, una fuente de conocimiento inagotable. Este es el relato de alguien que con gran sensibilidad por lo antiguo transcribe para nosotros sencillamente una experiencia para pensar en nuestras raíces autóctonas.