No existe un oído absoluto de la crítica, parecieran decir los ensayos compilados en este libro, sino distintas audiciones. Dicha posición, entrevista como un despliegue coreográfico –munido de correspondencias, réplicas y transformaciones–, es la que permite leer en el presente modos de producción, modulaciones del lenguaje, inscripciones de lo contemporáneo, imaginaciones del futuro, temporalidades heterogéneas. De esta manera, el conjunto de artículos que confluyen en Coreografías críticas encuentra su fuerza en trabajar, más que desde la certeza ineludible del género, con un oído interferido que afecta el poema que se lee y al que el poema afecta cuando es leído. Se trata, en todo caso, de escuchar lo desafi-nado, tentativamente, cuando se acerca a contextos diversos de los poemas y también se permite desafinar en relación con las líneas críticas e incluso en relación con su objeto.