El estudio de la jurisprudencia de los tribunales nacionales y cortes de protección internacional de derechos humanos arroja como resultado que la frecuencia con que los tribunales utilizan el análisis de estereotipos va en aumento. Estudios recientes demuestran esta tendencia en la jurisprudencia de la Corte IDH. Lo ha utilizado en casos sobre discriminación por orientación sexual (Atala, Duque, Flor Freire), por género (Campo Algodonero, Atala; Artavia Murillo; Véliz Franco; Velásquez Pais; Gutiérrez Hernández), por informalidad de la relación afectiva y familia no-tradicional (Fornerón), o por discriminación interseccional, en el caso de una niña (edad y género) con VIH/SIDA (condición de persona con VIH), y viviendo en condición de pobreza (Gómez Lluy), entre otros.
Sin embargo, cuanto más visible se hace la referencia a los estereotipos en la jurisprudencia, tanto más urgente se vuelve su enseñanza en la formación de grado y en las capacitaciones de operadores jurídicos. El análisis de estereotipos no ocupa aun un lugar preponderante en esas formaciones. Sin embargo, es urgente. Además, no hay excusas: “es una técnica que se aprende y no es difícil” de aplicar.