Después de experimentar las etapas del desarrollo espontáneo y del desarrollo independiente, las relaciones sino-latinoamericanas han entrado en una nueva fase del "desarrollo constructivo" que se caracteriza por el objetivo estratégico de construir una nueva estructura y una comunidad de destino común, un con un nuevo marco de cooperación basado en la negociación y en la ganancia mutua. Como resultado de esto, los lazos entre China y América Latina han conseguido muchos avances en los terrenos político, económico, cultural y de la cooperación multilateral. Sin embargo, debido a la incertidumbre del mundo y las transformaciones de las dos partes, la cooperación entre ambos lados sigue enfrentando muchos desafíos. En la actualidad, hay varias contradicciones importantes que deben ser resueltas: la primera, es la brecha entre el mejoramiento de mecanismos de cooperación y sus expectativas; la segunda, es la cada vez más fuerte presencia estratégica de China en América Latina y la capacidad de aceptación de este continente. La última es la necesidad urgente de desarrollar y profundizar esta relación tras la falta del conocimiento mutuo.