El diseño industrial es cada vez más importante como medio para diferenciar productos y aumentar su valor. Al mismo tiempo, la velocidad con la que se ofrece un producto en el mercado depende de la capacidad de integrar el diseño en el proceso de producción. Sin embargo, muchas PYMES -en particular las nuevas empresas basadas en la tecnología- carecen de habilidades especializadas en la gestión del diseño y, a menudo, no prestan suficiente atención a este aspecto. La industria automotriz y las grandes compañías como Philips y Braun administran y miden el impacto del diseño como una herramienta innovadora. En los últimos años, las empresas industriales que están a la vanguardia en la producción de ciertos productos están comenzando a experimentar una fuerte competencia que no está igualmente protegida. Estos sufren los impactos de la experiencia que ofrece casi los mismos productos a precios más bajos, gracias a una menor inversión en investigación y desarrollo, lo que reduce su estructura de costos.