El presente artículo se centra en el dilema que padecen muchas de nuestras ciudades. Cómo convivir con la presencia del pasado, reconocerla y al mismo tiempo , ser sensible y creativo con ello, sin sofocar al pasado ni a las aspiraciones de futuro.
Como muchas grandes ciudades, Buenos Aires es un sitio en donde la evidencia física del pasado posee una fuerte influencia sobre el esquema de la ciudad, facilitando un contexto –y un escenario- para el presente, así como una inspiración para desarrollos futuros. Ésta ciudad, como muchas otras, nunca descansa y varía constantemente debido a las nuevas posibilidades y a las influencias de cambios impredecibles, sean estos arquitectónicos, sociales, políticos o culturales.