Mochila al hombro recorrimos este verano los caminos de montaña del Parque Nacional Nahuel Huapí y finalmente, a 1600 m de altura, donde los árboles ceden lugar a la roca pelada, encontramos éste refugio que en 1969 construyó Osvaldo Bidinost, e impresiona por su celebración de la arquitectura como obra construida.
Los refugios de montaña son un punto seguro para cualquier montañista, figuran en los mapas, se mantienen abiertos y sin llave durante todo el año. Hay refugios en muchos países del mundo que tienen características similares: un gran espacio de reunión, protección de la intemperie, calefacción, cocina, y lugar para dormir en el caso de un temporal.
Este refugio se encuentra dentro del Parque Nacional Nahuel Huapí, se accede por caminos de alta montaña o siguiendo el arroyo Goye unas cinco horas aguas arriba.
Se recorre un hermoso valle a la sombra de un bosque de Lengas, siempre con el arroyo a la derecha. Hacia el final del valle se cruza el arroyo y se emprende el ascenso por un empinado caracol que zigzaguea en la ladera norte. Cuando emergemos de la copa de los árboles podemos ver a nuestra izquierda un hilo de agua que cae unos trescientos metros por una pared vertical. Allí arriba y prácticamente en el filo del vacío se encuentra el refugio.