¿No es asombroso que la arquitectura sobreviva a su función, que perviva más allá de su utilidad y de su época? En Torrevieja se buscaba un Centro de Desarrollo Turístico (CDT) que tuviera una arquitectura con entidad propia capaz de interiorizar el proyecto y trascender su función, una arquitectura con la eficacia de una herramienta pero más allá de su utilidad. José María Torres-Nadal y Antonio Marquerie fueron los arquitectos elegidos.
Este CDT está en funcionamiento desde el 2005 y, como se pretendía, tiene una arquitectura comprometida con su contemporaneidad.
En cuanto a sus formas son evasivas, de suaves perfiles, quebradas y discontinuas eludiendo cualquier formalismo reductor. Las cuatro fachadas son diferentes y ninguna deducible a partir de las demás. La condición pública del edificio y su ubicación en la rotonda de una carretera nacional han propiciado la creación de dos fachadas representativas de estilos contrapuestos, la de la entrada al recinto y la de la carretera.