En español
La formación del ingeniero agrónomo en nuestro país lleva más de 130 años. Si bien los contenidos y las metodologías de enseñanza-aprendizaje se han aggiornado, la formación sigue siendo disciplinaria: los docentes/ingenieros agrónomos se especializan en el conocimiento de un objeto de estudio específico (la producción animal, la administración agraria, etc.), lo dominan y transmiten. Esa formación, secuenciada y acumulativa, nos permite formarnos, comprender la producción y los sistemas productivos. Pero ¿Qué sucede cuando enfrentamos ese sistema de conocimiento con otro, que tiene un carácter indisciplinado e informal? “En una reunión en el campo, charlando con productores, me di cuenta que tengo respuesta para los alumnos pero no para los productores” comentó una colega docente, investigadora y extensionista ¿No se chocan, en esa afirmación, sistemas de construcción de conocimiento que parten de lógicas distintas, más allá de que puedan llegar a resultados similares? ¿Qué es lo que nos permite pensar en relación a nuestras prácticas como extensionistas y en relación a nuestras prácticas como docentes? ¿Qué significa decir no tengo respuesta? Acaso tengamos que repasar las matrices que nos forman como ingenieros agrónomos, título habilitante para ser docentes y extensionistas. El mundo rural, el de la producción agropecuaria, no sigue necesariamente el recorrido que sigue el mundo universitario. Validar a través de la educación un sistema de conocimiento por sobre otros –literalmente invisibilizados- limita nuestra mirada, jerarquiza nuestras relaciones separándonos de otros y obtura nuestra comprensión del sistema productivo. ¿Qué sucede con los conocimientos locales e indisciplinados en una intervención?
En inglés
The formation of the agronomist in Argentina takes more than 130 years. Although the content and methodologies of teaching and learning have been updated, training remains disciplinary: teachers / agronomists specialize in the knowledge of a specific object of study (animal production, agrarian administration, etc.), dominate and transmit it. This training, sequenced and cumulative, allows us to form, understand production and understand production systems.But what happens when we face that system of knowledge with another, which has an undisciplined and informal character? “In a meeting in the countryside, talking with producers, I realized that I have an answer for the students but not for the producers”, commented a teaching colleague, researcher and extensionist. Do not they collide, in that statement, systems of construction of knowledge that start from different logics, beyond which they can reach similar results? What is it that allows us to think in relation to our practices as extensionists and in relation to our practices as teachers? What does it mean to say I have no answer? Perhaps we have to review the matrices that form us as agricultural engineers, an enabling title to be teachers and extensionists. The rural world, the one of the agricultural production, does not necessarily follow the route that follows the university world. To validate through education a system of knowledge over others - literally invisible - limits our gaze, hierarchizes our relationships separating us from others and obturates our understanding of the productive system. What happens to local and undisciplined knowledge in an intervention?