Preguntas y disputas en torno al archivo literario latinoamericano han estado en el centro de los debates en las últimas décadas. Su configuración, su materialidad, sus textos fundantes han sido objeto de polémicas y de intervenciones críticas de diversa índole. En este marco, los orígenes del archivo, renovados por la articulación entre picaresca, discurso legal y narrativa que propuso Roberto González Echevarría en su señero Mito y archivo. Una teoría de la narrativa latinoamericana ([1990] 2000), han recibido atención de aproximaciones críticas diacrónicas en torno a los problemas del corpus, el canon y la configuración de la literatura latinoamericana. De allí que esta vuelta crítica exigiera un nuevo recorrido por orígenes y bordes de esa amplísima categoría conocida por el genérico “crónicas de Indias”.