La música vocal nos enfrenta, como directores y cantantes, a una problemática tan rica como compleja: la música y las palabras, dos componentes que conviven en una misma obra. Al abordar este repertorio nos surgen una serie de preguntas: ¿qué estudio primero? ¿la música o las palabras? O… ¿estudio todo junto? ¿Cómo utilizo ambos componentes en la interpretación musical? ¿Existirá una relación entre ambos? ¿Cómo la encuentro? Parecería ser que esta problemática se enfatiza aún más cuando la interpretación musical se presenta en una instancia pública, de concierto, donde aparecen nuevas preguntas en torno a la comunicación de estas palabras y la comprensión de su significado por el oyente. Estas preguntas fueron las que nos incentivaron a indagar por los aspectos de la interpretación musical vocal y cómo cada uno de nosotros transmitimos, a través de nuestro cuerpo, el significado que le otorgamos a esta música.