Este trabajo pretende sustentar los cambios efectuados en 2016 en el desarrollo de evaluaciones escritas en la Escuela de Lenguas desde una apoyatura teórica primeramente y posteriormente mostrando ejemplos concretos de este cambio. De esta manera, mostramos como se reemplazaron ejercicios más mecánicos que apuntaban a evaluar sólo un ítem gramatical a la incorporación de tareas comunicativas que amplían el espectro de posibilidades incorporando distintas variantes de la lengua en uso que se pretende evaluar. Asimismo, no podemos dejar de lado el hecho que la evaluación escrita es un reflejo coherente de las prácticas áulicas y necesita ser coherente con las mismas.