El automovilismo es uno de los ambientes más machistas que existen dentro de las tantas disciplinas deportivas, la mayor parte de la sociedad toma a los deportes de motor como pura y exclusivamente masculinos. La presencia de la mujer en este ambiente es muy baja, aunque en los últimos años, junto con la revelación femenina (cabe recordar las marchas de “ni una menos” en Argentina, o la de “vivas nos queremos” en México) está en pleno crecimiento. En este ambiente se la puede observar a la mujer desde tres aspectos diferentes: como corredora participe del deporte, como espectadora y como promotora.