A lo largo de estas páginas propusimos vincular el proceso de globalización y las adscripciones identitarias en torno del deporte. Siguiendo a Ortiz, asumimos que esta situación se caracteriza por la emergencia de lo nuevo y la redefinición de lo viejo, ambos se encuentran insertos en un mismo contexto y se materializan en la prácticas concretas que los sujetos crean y recrean, en los sentidos que atribuyen a tales acciones y en los distintos niveles de adscripción identitaria que las atraviesan. El desafío que se nos presenta es entonces, entender y arrojar luz sobre como los como los niveles locales, regionales, tradicionales y trasnacionales son redefinidos, en un mundo que lejos de cumplir las promesas de homogeneidad se nos presenta cada vez más diverso, desigual y fragmentado.