La epidemia del diagnóstico de autismo, generada por los discursos imperantes intenta dar sentido y causas neurológicas a las cuestiones subjetivas más íntimas, siendo los niños los objetos privilegiados de tales etiquetas. El psicoanálisis frente a esto rescata la singularidad del sujeto, a fin de poder dar un posible tratamiento de lo real en juego.
En esta oportunidad, me interesa destacar la importancia que puede tener un objeto autista en el funcionamiento singular de un sujeto autista, haciendo hincapié en los usos que cada parlêtre puede hacer de los mismos, interrogando la posibilidad de trascender el caparazón a través de ellos.