En El ultimísimo Lacan (2013) Jacques-Alain Miller distingue el inconsciente freudiano y el lacaniano. El primero, cercano al primer Lacan, es un inconsciente del Otro; cuando al Otro se le suponía consistencia, era vector, marcaba una autopista para circular. El contacto con la clínica y los avances en la teoría conducen a Lacan a dar cuenta de las mutaciones en el discurso, en donde se evidencia el declive del padre, el Otro se pluraliza y se deduce el gran secreto del psicoanálisis: “no hay Otro del Otro” (Miller, 2013). Este movimiento epistémico conlleva consecuencias éticas, políticas y clínicas.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)