La piroplasmosis canina es una enfermedad producida por varias especies de protozoarios apicomplexa del orden Piroplasmida que afecta a los cánidos de todos los continentes. Varias especies pueden infectar al perro, diferenciadas por localización geográfica, especie de garrapata con capacidad vectorial y variaciones antigénicas y moleculares. En nuestro país están descriptas Babesia vogeli y Rangelia vitalii. La detección de parásitos mediante microscopía es la manera habitual de diagnóstico. Las pruebas moleculares poseen mayor sensibilidad y pueden diferenciar la especie implicada. En este trabajo se evaluaron muestras de sangre de perros de la zona sur del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) procesados en el Laboratorio DIAP durante el período 2003 – 2014. Se estudió: (1) detección microscópica de piroplasmas; (2) alteraciones hematológicas; (3) identificación por nested-PCR-RFLP y PCR secuenciación; (4) diagnóstico molecular en perros no parasitémicos al microscopio; (5) variación anual y estacional; y (6) factores de riesgo. Se evaluaron 120567 hemogramas. La prevalencia microscópica fue 0,25 %. La parasitemia varió entre 0,0001 % y 30 %, donde el 90 % de los casos registró 1 % o menos. Se presentó anemia en el 60,7 % de los casos y 20,3 % tuvo anemia moderada a grave. Hubo leucopenia en el 31,3 % y leucocitosis en el 11,7 %. Se observó el patrón característico de B. vogeli en 199 de las 200 muestras de perros parasitémicos analizadas mediante nested-PCR y RFLP. Las secuencias obtenidas mostraron 99-100 % de identidad mediante BLAST con secuencias de B. vogeli reportadas en el GenBank. En el animal restante se observó el patrón de corte y la secuencia parcial del gen 18S ARNr compatibles con R. vitalii. Entre las 514 muestras negativas al microscopio, 0,77 % resultaron positivas a B. vogeli mediante PCR. La prevalencia anual mostró un aumento significativo (P<0,001) que varió de 0,13 % en 2003 a 0,37 % en 2012. Los valores también variaron estacionalmente desde picos de casi el 1 % durante la primavera hasta cero en invierno. La infección fue más prevalente en machos (P<0,001) y en menores a un año (P<0,0001). No se encontraron diferencias significativas entre perros de raza y mestizos, entre razas de diferente tamaño o con diferente longitud de pelo. Se observó co-infección con Hepatozoon canis (9,3 %) y con Dirofilaria immitis (1,3 %) mediante microscopía. Los hallazgos de la presente Tesis demuestran que la piroplasmosis canina producida por B. vogeli en la zona sur del AMBA es endémica desde hace más de 10 años. Se requiere de más información para saber si R. vitalii se presenta también en la zona de manera autóctona.