La extensión, entendida como práctica social trae consigo la pregunta por el sentido de la universidad y su proyecto ante las expectativas y las múltiples demandas societales. Como institución educativa, la universidad, desde sus orígenes, ha formado personas y ha desarrollado el conocimiento. Relacionar la educación superior con las dinámicas contextuales implica instalar a la extensión como diálogo interactuante entre los diversos sujetos sociales. En este marco, lo público adquiere nuevas dimensiones y relieve, y exige repensar la idea de comunicación como instancia constitutiva del cuerpo colectivo.