La performance musical es la puesta en el acción del flujo sonoro de la música, en donde se produce una interacción entre el sujeto y la obra, involucrando al cuerpo dentro del contexto de la práctica, entendiendo a esta última como una práctica social en donde se ponen en juego los aspectos estilísticos de la música, la relación con los demás sujetos participantes (los músicos y oyentes), con las características del ambiente y con las particularidades del contexto histórico (Small 1998). En un trabajo anterior (Tanco, Aún y Tobio 2012) se realizó una tarea de transformación de una obra a partir de una partitura en la cual un grupo de alumnos universitarios de música manifestaron realizar actividades que combinaban los modos de conocimiento musical (Stubley 1992) en acción. A través de una experiencia corporeizada de la obra durante la performance, los alumnos realizaron explicaciones verbales que involucraban aspectos de la forma dinámica. En éstas reflexiones luego de la acción (Schön 1992) se advirtió que los alumnos podrían estar interpretando corporalmente la música en términos metafóricos, ya que en sus descripciones de la experiencia utilizaban metáforas lingüísticas que aludían a esquemas-imagen (Lakoff y Johnson 1980) En este trabajo, analizaremos dichas descripciones y su relación con la experiencia de la forma dinámica de la música representadas en las dimensiones temporal y tonal del texto musical.