Pensar a la Niñez desde una perspectiva sociocultural implica reconocer su carácter de construcción social y variable en términos históricos, que está en puja permanente (George H. Mead, 1982; Berger y Luckmann 1968; James y Prout, 1997). Las representaciones de cada sociedad determinan de qué es ser niño/a y cómo deber ser, sus identidades y comportamientos, sus prácticas, las cuales varían histórica y socialmente. En la actualidad, pensar a la niñez significa interpretarla a la luz de las transformaciones culturales que se fueron produciendo en las últimas décadas. Estos cambios significaron unas profundas modificaciones en los lazos sociales y los procesos de socialización. En la configuración de la niñez se produjo una ruptura significativa con la concepción de la modernidad sobre esta etapa, transformándose así los modos de percibir, ser y estar en el universo simbólico de la niñez.