Los cambios en la sociedad -necesarios e inevitables- y la necesidad de liderarlos, instalan en la Universidad Pública, la exigencia de afrontar desafíos fundamentales para poner la educación superior a disposición de la comunidad y en particular de todo aquel que tenga voluntad de estudiar, articulando la pertinencia con la equidad y el acceso.
Algunos adquieren hoy particular significado, como la formación (en un sentido mucho más amplio e integral que el de la formación de grado y postgrado, tal como muchos la vienen concibiendo), la calidad (entendida como insumo estratégico que involucre la pertinencia, la excelencia, la actuación demostrativa y la tutoría de los procesos; pero que se defina como marca ineludible del ser universitario y de la gestión de su institución) o la integración (con una comprensión del momento que abarque la asistencia, la transferencia y la participación de la universidad, pero que las trascienda, acentuando la idea de formar parte de la Sociedad y sus desafíos).