No es posible guardar silencio en presencia de la oposición que ha levantado la ley de desagües. Los que sin tener opiniones contrarias á ella, ó á las obras que hayan de hacerse en su virtud, van á soportar la pesada carga del impuesto, tienen el derecho de exigir explicaciones minuciosas que repliquen los cargos opuestos á los principios en que se funda, y á los preceptos que contiene. Los miembros del Gobierno, de la Legislatura y de la Dirección de Desagües, que han colaborado en la sanción y en la aplicación de esa ley, tienen por su lado el deber ineludible de justificar sus decisiones. No soy el más autorizado para ejercer su representación, pero por el puesto que ocupo, me creo obligado á intentar la defensa del sistema que hemos adoptado- para llevar á cabo uno de los trabajos públicos mas importantes que se hayan emprendido en el país.
(Extracto del prefacio escrito por el autor)