Al implementar desde el Taller de Matemática, la enseñanza de la Geometría aplicada al Diseño, surgió la necesidad de investigar cuestiones específicas de la arquitectura en estrecha relación con la matemática. Ello determinó la formación de equipos multidisciplinarios en los que convergía matemáticos, ingenieros, físicos, arquitectos... En mi caso particular, trabajar con arquitectos ha significado asomarme a un bagaje de conocimientos, de estilo de razonamientos, de puntos de vista acerca del mundo circundante, totalmente desconocidos para mí. La búsqueda de nexos entre ambas disciplinas exigió un trabajo en equipo en el que cada uno aportaba lo propio de su campo de formación. Es ese proceso de interconexión entre los docentes-investigadores lo que me permitió comprender que la Forma se presenta como nexo natural entre Arquitectura y Matemática. Cada una se sirve de ella y se apoya en ella de diferentes modos. Sus desarrollos individuales como campos del conocimiento se superponen en este punto. La Morfología como disciplina de estudio, producción y sensibilización de la Forma, nutre a la Arquitectura y, en ese proceso, recurre a la Geometría tanto en forma explícita como implícita. Es en ese punto en el que la Morfología actúa como nexos entre Arquitectura y Matemática. Iniciar el camino hacia la demostración de lo antedicho es el objetivo del presente trabajo. A modo de ejemplo se mencionan tres situaciones que permiten poner de manifiesto la hipótesis señalada: el caso de Antoni Gaudí (con La Sagrada Familia), la controversia Analógico vs Digital producida en el diseño arquitectónico con la inclusión de la informática como medio y herramienta y, finalmente, una mención al estilo Gehry puesto de manifiesto en la obra del Muso Guggeheim de Bilbao.