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El modelo de agricultura de la Revolución Verde ha derivado en el deterioro de los recursos naturales en general, y de la agrobiodiversidad en particular, y ha generado la exclusión de muchos agricultores familiares. Esto es evidente en el Cinturón Hortícola de La Plata, donde a partir de los años 90 ocurrieron profundas transformaciones tecnológicas, y gran parte de los agricultores reemplazaron la producción de cultivos al aire libre por el modelo de producción en invernáculo y la aplicación conjunta de un paquete de tecnologías de insumos. Cada vez adquiere más relevancia la necesidad de reorientar los sistemas de producción rural hacia la sustentabilidad, como un paradigma con un enfoque sistémico y holístico, que contemple y minimice los impactos ambientales y sociales a largo plazo y genere una agricultura aplicable a un mayor número de agricultores. En este contexto surge la Agroecología como un nuevo enfoque científico multidisciplinario, que plantea una nueva forma de pensar y hacer agricultura, y ofrece las bases científicas y metodológicas para avanzar hacia una agricultura sustentable. Existe un creciente interés en la literatura agroecológica en comprender las prácticas y los conocimientos de los agricultores para diseñar sistemas sustentables. Estos aspectos han sido ampliamente abordados en sistemas de agricultura tradicional, originados hace varios miles de años bajo modalidades de relación con la naturaleza preindustriales. Sin embargo, han sido menos abordados en sistemas de Agricultura familiar con una historia agrícola mucho más reciente, como el de la horticultura de La Plata, con mayor participación del mercado y una mayor penetración del modelo de la revolución verde Uno de los pilares para el logro de una agricultura sustentable, es el diseño de los agroecosistemas basado en fortalecer la agrobiodiversidad. Por un lado, las funciones que un correcto ensamblaje de la agrobiodiversidad puede proveer, entre ellas la regulación de plagas y el ciclado de nutrientes constituyen las bases para el desarrollo de estrategias de manejo basadas en tecnologías de procesos, accesibles y no contaminantes. Por otra parte, existe un fuerte vínculo entre los niveles de agrobiodiversidad y los agricultores, quienes conforme a sus conocimientos y valores determinan los componentes que están presentes en sus fincas. La heterogeneidad presente en el Cinturón Hortícola de La Plata (CHLP) sugiere que existen diferentes modos de relacionarse con los recursos naturales, en este caso la agrobiodiversidad, y que el manejo de la misma y su conocimiento y valoración estarían influenciados por varios factores. En este estudio, el abordaje del Conocimiento Ambiental Local de la agrobiodiversidad en agricultores del CHLP fue orientado por dos hipótesis específicas: a) la tradición y la edad determinan diferencias en la forma en que los agricultores se vinculan con los recursos naturales y, en particular con la agrobiodiversidad y b) el valor de uso (más concreto y universal) prevalece sobre el valor funcional (más abstracto y situado) en la percepción de los agricultores. Un abordaje holístico y sistémico requiere, estudiar y conocer los agroecosistemas, en las fincas de los propios agricultores, utilizando para ello, “estudios de caso” como herramienta. Los casos elegidos respondieron a las variables: edad del agricultor (menor a 50 años y mayor a esa edad) y tradición familiar (con familiaridad en la actividad, cuando por lo menos el padre es o fue horticultor aunque no sea en la zona de La Plata y, sin tradición familiar, cuando los actores involucrados son quienes comenzaron con la actividad hortícola), que discriminan comportamientos distintos. Se eligieron 3 casos por categoría de análisis, lo que implicó para el estudio un total de 12 fincas familiares. Se adoptó, por un lado, una mirada explicativa, a través de una metodología cuantitativa, como es el uso de indicadores. Por otra parte, una visión comprensiva, a través de la metodología cualitativa como es el análisis estructural para representar los modos de gestión o la lógica de los agricultores de la agrobiodiversidad. Los resultados de esta tesis mostraron que desde lo metodológico, fue posible aproximarnos al entendimiento del Conocimiento Ambiental Local de la agrobiodiversidad y el manejo de dicho recurso natural, a través del conjunto de indicadores construidos para tal fin y la realización de entrevistas paisajísticas y su posterior análisis estructural de casos. Desde una mirada explicativa, tal como se esperaba, la historia agrícola familiar es clave en el conocimiento y manejo de la agrobiodiversidad. En aquellas quintas gestionadas por agricultores con tradición en la horticultura se documentó un mayor conocimiento del componente vegetal (cultivado y espontáneo) de la agrobiodiversidad, que en aquellos agricultores sin tradición y, una mayor valoración respecto del uso y la funcionalidad de la misma. Tanto el reconocimiento de los artrópodos como la estrategia de manejo de los mismos no arrojaron diferencias entre agricultores, ya que, en todas las situaciones, se realizaron aplicaciones de insecticidas. La edad de los agricultores es otro factor que consideramos determina diferencias en el saber- hacer de la agrobiodiversidad. En este estudio ha sido en los jóvenes, con y sin tradición en la actividad, donde se observaron los valores más altos del conocimiento y manejo de la agrobiodiversidad. Esto no permite confirmar la primera hipótesis específica. Se encontró, para todos los agricultores, que de todos los valores que le otorgan a la biodiversidad, hay una menor acumulación de conocimientos sobre el valor funcional que sobre el valor de uso directo. Esto sugiere, por un lado, que la percepción acerca del valor funcional requiere de más tiempo, más permanencia y/o un fuerte vinculo entre el agricultor con el ambiente. Por otra parte, que el valor funcional es local, frente al valor de uso de las plantas que es universal. Esto permite aceptar la segunda hipótesis específica. La mirada comprensiva permitió encontrar diferencias entre los casos y sugerir puentes que colaboran con el diálogo de saberes entre las concepciones de los agricultores y de los agrónomos. Se evidenciaron diferencias de acuerdo a la tradición de la familia en la horticultura. Esto permite aceptar la primera hipótesis específica parcialmente. En los sistemas con trayectoria familiar en la horticultura se evidenció un manejo más diversificado y una lógica espacial de administración. Administran el espacio y, con ello la agrobiodiversidad, a partir de un principio dinamizador que es el mercado y los consumidores. Esto sugiere que para facilitar el diálogo en este punto habría que reforzar las prácticas biodiversas pero, en términos de comercialización, es decir, aquellas prácticas que permitan tener variedad para ofrecer, y que favorezcan así la venta. Para que sea adecuada a las características ecológicas y socioeconómicas propias de cada agroecosistema, una función de la agrobiodiversidad, que es universal, requiere respetar las lógicas locales de su implementación. En los agricultores con tradición este mayor conocimiento de la agrobiodiversidad que se tradujo en un manejo más conservacionista, puede ser una base sobre la cual se dialogue en búsqueda de tecnologías de procesos adecuadas a las características propias del agroecosistema. En cambio, en los sistemas sin tradición familiar en la horticultura, se observó un alto grado de simplificación donde prima la gestión del tiempo por cumplir con las exigencias del propio paquete tecnológico implementado y el mercado. En estos agroecosistemas, el mayor grado de simplificación, debido a la disminución de la agrobiodiversidad, determina el mayor uso de insumos que derivan de la energía fósil, para suplantar el adecuado funcionamiento de los procesos ecológicos clave deteriorados. Prevalecen en estos casos las tecnologías de insumos. Los puntos de encuentro son más complejos de lograr en los agricultores sin tradición. De este modo, se logró contemplar desde una perspectiva más amplia el escenario completo de miradas que conviven en el territorio. El diálogo de saberes entre el Conocimiento Ambiental Local y la ciencia y, su traducción en prácticas de manejo puede ayudar a la co-gestión en el uso sostenible de la agrobiodiversidad.